Esta semana la revista danesa, Billed-Bladet, trae un artículo sobre mis retratos reales.
Bajo las fotos puede encontrar el artículo traducido al español, y puede ver el artículo aquí: Artículo en Billed-Bladet
Vea los retratos completos aquí:
Reina Anne-Marie y rey Constantino II
El artista Lars Physant pintó primero a la princesa Benedikte, después a la reina Margrethe y últimamente a la reina Anne-Marie, quién insistió en que su marido también estuviera en el cuadro. Así se creó “La doble odisea. La promesa del viento”.
El pintor de renombre internacional, en el transcurso de una fiesta a la que asistía la realeza, tuvo la sorpresa de recibir el encargo de pintar un retrato real. Así pues, el pintor Lars Physant fue llamado aparte por la princesa Benedikte durante el baile de la Gran Fiesta del Arte y la Literatura organizada por la familia real en el palacio de Christiansborg el pasado mes de marzo. La princesa comunicó a Lars Physant que había sido elegido por su hermana la reina Anne-Marie para que pintara su retrato, que un círculo de amigos deseaba obsequiarle para su 70 aniversario.
– Fue una noche inolvidable, dice Lars Physant, que vive y trabaja en Barcelona, hablando sobre aquella fiesta a la que fue invitado después de pintar a la reina Margrethe. Anteriormente ya había realizado un retrato de la princesa Benedikte. Las dos hermanas habían estado tan satisfechas con sus respectivos retratos que la reina Anne-Marie también dejó este reto en las manos de Physant.
– Otra agradable noticia fue que la reina Anne-Marie no deseaba aparecer sola en el cuadro, sino que deseaba ser pintada al lado de su marido, el rey Constantine. Después de compartir unos días de trabajo realizando bocetos y estudios de ambos monarcas en su residencia del Peloponeso en Grecia, se comprende esta razón. Ambos están inmensamente unidos y a pesar de las muchas ideas que tenía para el retrato, supe inmediatamente que el motivo principal sería su gran cariño, su relación, confianza, amistad y excepcional compenetración – y por descontado rodeados de su querida Grecia, la naturaleza, el mar y el cielo. Todo aquello que debieron añorar durante los 47 años que la pareja real han tenido que vivir lejos de Grecia – opina Lars Physant, después de una semana de conversar, conversar y conversar.
Y durante estas largas conversaciones se realizaron los bocetos.
– En efecto, fue un viaje dentro de la vida de otra persona. Uno tiene que descubrir a la persona para poder dibujar la expresión de su cara, su mirada, lo que conforma su mirada y sus ojos. Lo que les da identidad, dice Lars Physant, que no se pudo inspirar en otros pintores puesto que anteriormente nunca fueron pintados ni como matrimonio real, ni tampoco existe un retrato individual de ninguno de los dos.
– Así pues era una gran responsabilidad tanto para el tiempo presente como para el futuro. Principalmente porque es un retrato real, y al mismo tiempo,me gustaba tomarlo como una gran responsabilidad, para obligarme a dar el máximo de mi capacidad y así superarme a mi mismo, sonríe Lars Physant, que insiste en que la gran exigencia y la dificultad del proyecto automáticamente le infunde energía y aumenta su creatividad.
Además de sus conversaciones en la terraza de su residencia con una de las más preciosas vistas de Grecia, Lars Physant también estuvo navegando con la pareja real en su yate “Afroessa”, que fue un regalo del rey a la reina y la gran pasión que todavía comparten.
– Fue una gran experiencia conocer a la pareja real tan intensamente y fue un gran placer navegar con ellos. Les encanta navegar y por esto no dudé en que debía incluir su yate en el cuadro. Efectivamente, el rey Constantine había tenido el gran triunfo de ganar una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960, cuando solo tenía 20 años. De hecho fue la primera medalla de oro para Grecia en 48 años, cuenta Lars Physant y por esta razón me inspiré y realicé dos cuadros con este motivo, lo cual inevitablemente me ocupó bastante tiempo.
– Yo confiaba en que podría tener la obra acabada para su cumpleaños el día 30 de agosto, pero evidentemente fue un proceso largo. Más largo de lo que había imaginado, porque decidí pintar unos pre-estudios muy detallados que quería presentar a los monarcas para que pudieran elegir. Tuve una gran comprensión de su parte y un apoyo incalculable, cuenta Lars Physant, que compartió con la reina Anne-Marie los pros y los contras de los estudios.
– Estoy seguro que si ya hubiera existido un retrato pintado anteriormente, ellos hubieran elegido la escena más relajada en el yate. Pero como éste no era el caso, se decidieron por la situación más formal, dice Physant. El retrato se entregó a la reina Anne-Marie en el palacio de Amalienborg en el mes de octubre.
Un cuadro sin marco que se compone de 14 partes, con puntillismo, unas partes abstractas, otras muy detalladas y sobre diferentes tipos de lienzo para conseguir dinámica y movimiento. Sin olvidar todos los increíbles detalles, historias y anécdotas que contiene el cuadro, cuando el espectador profundiza en los detalles – detalles que también se encuentran en sus atuendos.
Por ejemplo, el rey Constantine lleva su corbata favorita que le regaló su hijo el príncipe Pavlos, con el “nazar” u “ojo griego” que protege de las enfermedades – solamente la corbata le tomó dos días pintarla, pues hay 366 ojos (puesto que era año bisiesto) y todos son diferentes. La reina lleva una joya de oro en forma de rama de olivo en su chaqueta, y la misma forma se encuentra en posición opuesta como rama del olivo situado detrás de ella y donde la bandera griega se adivina ondeando suavemente en la brisa. La isla que se divisa a lo lejos detrás de la pareja es la vista desde su jardín y donde disfrutaron de su viaje de bodas. Asimismo, su querido barco se encuentra en medio de la bahía con la bandera real griega en el mástil.
En ambos cuadros vemos la reina Anne-Marie y el rey Constantine casi como una sola persona, muy unidos, con gran cariño y complicidad, esta es la primera impresión que recibe el espectador.
– Me alegra, pero no es solo casualidad, pues así es su relación. Así se les ve normalmente y a veces se dan una ligera caricia. Su gran amor se puede apreciar fácilmente, es extraordinario, dice Lars Physant, como le onfirmó la reina Anne-Marie en la presentación del retrato, cuando ella misma expresó, por qué debía ser un retrato doble: Somos uno.
Por Trine Larsen de Billed-Bladet
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